Se propuso hacer el cruce de la cordillera central, por nuevas rutas, nuevos horizontes: pasar desde el sur del Tolima al Valle del Cauca.
A mediados de Agosto un nuevo reto se le planteó a la Embajadora Roja. Se propuso hacer el cruce de la cordillera central, por nuevas rutas, nuevos horizontes: pasar desde el sur del Tolima al Valle del Cauca. A éste evento nos invitó nuevamente MotoRaid Adventures organización que se dedica a salidas aventureras en moto. Esta cordillera central se levanta altiva en medio de los dos valles mas importantes del país: el Magdalena y el Cauca. Tiene varios picos nevados y volcanes con alturas superiores a los 5.000 msnm a lo largo de sus 1.000 kms de longitud, que van desde el Macizo Colombiano hasta el Valle del Sinú. Sin embargo, debemos registrar como el calentamiento global nos está arrebatando a pasos agigantados el espectáculo de la nieves perpetuas. Cada día se observa, con impotencia, como se reduce mas y mas la nieve de sus cimas. Como muchas veces he comentado en este blog, me encantan los páramos y disfruto en ellos, pero nos baja el ánimo ver como los destruyen. Observar en Colombia, recorriendo en moto sus carreteras secundarias y sin asfalto, ver como se transforma toda la exuberante vegetación de los climas templados en inmensas llanuras, que sin tener tanta abundancia en flora parecen esponjas de agua, con nacimientos de ríos, lagunas heladas y con sus frailejones por todas partes, es un espectáculo gratificante…
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Al prepararnos para ésta travesía decidimos salir directamente desde Ibagué. De tal forma, nuestro viaje se inició el viernes en la tarde, rodando sin apuros hasta la Capital Musical de Colombia, donde nos reunimos 7 pilotos: Jorge Uribe, organizador y guía, en KTM 1190. Dos pilotos de aviación y motos, Francisco Mosquera en Husqvarna 701 moto de enduro muy apropiada para este recorrido y Armando Ramírez en otra KTM 1190. Mi viejo amigo y compañero de salidas desde hace muchos años, Carlos Ramirez, participó en compañía de su hijo Julian, en sendas BMWs. Indudablemente el gusto de participar en una aventura de estas se potencia al máximo cuando se hace con los hijos… Finalmente, nos acompañaba tambien el ingeniero de sonido Lucas Serrano en otra de esas BMW y éste cronista en su Embajadora Ducati Multistrada 1.200.
El sábado temprano, con buen desayuno arrancamos rumbo sur, a Rovira. Y en éste punto comienza lo bueno… Cero asfalto!! Fuimos subiendo la cordillera poco a poco, primero atravesando el largo y amplio cañón del río Cucaina que se represa en la parte alta de su cauce y cae después entubado a un planta hidroeléctrica. En la pequeña población intermedia de Santa Lucía hicimos una corta parada de hidratación y posteriormente salimos a buscar la mítica (para mí) población de Roncesvalles. Desde mis primeras salidas aventureras, siendo estudiante y de morral al hombro, había querido ir a Roncesvalles no sé bien porqué y confieso con vergüenza que nunca había podido llegar hasta allá. El nombre de este lugar tiene para mí una sonoridad especial, como mágica. Era un destino fijo, un reto perenme para una de mis salidas y finalmente se logró !! La población no tiene nada mas allá del encanto de nuestros pueblos campesinos, estancados en el tiempo pero con muchas ganas de ver llegar los cambios y el progreso…. No saben lo que les espera. Sobra decir que esta región, por estar en la base misma del páramo, se vio muy afectada por la violencia y la presencia de grupos guerrilleros que tenían en el lugar varios frentes. Realmente es una zona que privilegia mucho sus acciones, pues con cruzar la cordillera de un lado al otro, se movilizaban a sus anchas por los departamentos de Tolima y Huila en el lado oriental y en el Valle, Cauca o Quindío al occidente, haciendo muy difícil que pudieran encerrarlos las fuerzas militares.
Almorzamos en Roncesvalles y continuamos el ascenso hacia el Páramo de las Hermosas . Un par de horas después se “corona” el páramo, llegando al punto mas alto de carretera a los 3.800 msnm y comienza un descenso muy fuerte que en poco tiempo nos coloca de nuevo en climas templados y calientes. Es muy bello el paisaje, con montañas enormes, cañones y precipicios profundos, ríos y quebradas de aguas muy claras que dan ganas de darse un chapuzón…
El recorrido de offroad es largo. En ésta etapa se hacen mas de 200 kms de carreteras destapadas como las que se aprecian en las fotos. No es que sea muy difícil conducir en ellas.
Pero el trayecto prolongado obliga a ser muy constante en la travesía, manejando por horas sin parar y haciendo los descansos muy cortos, cuando toca. Pasamos por el municipio de Barragán en el Valle y continuamos hasta Tuluá. El fenómeno del Niño se sigue sintiendo fuertemente y se refleja en la cantidad de tierra y polvo que llevábamos encima.
Hacia las 7:30 PM estábamos llegando a la Represa de Calima, en donde nos esperaba un buen descanso en un hotel de primera: Bella Lago Resort. Un hotel pequeño frente al lago, atendido directamente por una pareja norteamericana, Edward Brown y su esposa Cheryl. Ellos son los propietarios, conserjes, porteros, cocineros, todo !!! Atienden a sus huéspedes de una manera increíble, con mucha dedicación para prestar un excelente servicio: Y lo logran con creces !! Las habitaciones excelentes, todo muy nuevo pues están apenas comenzando. Después de un buen baño para quitarse la mugre acumulada, pasamos a la cena. Nos tenían una comida deliciosa, todo al mejor estilo gringo. Debo aclarar que el cocinero mayor es Edward, mientras Cheryl se dedica a la pastelería (“Bakery” al mejor estilo americano: “Pie” de manzana espectacular, galletas, “brownies”, “muffins”, “hash brown”, etc). El desayuno al día siguiente, por tanto, fue otro banquete...
El domingo debíamos alcanzar nuestra lejana meta, Buenaventura. Pero la autopista/carretera 4G al mayor puerto nacional, no solo esta aun inconclusa sino que permanece cerrada de 6:00 AM a 8:00 PM por derrumbes cerca a Loboguerrero. Esto nos obligó a buscar rutas alternas, por los lados de Restrepo, Pavas y La Cumbre, para salir a Dagua. Como es de esperar, no faltó un destapadito adicional… (Ver mapa al fondo). Cumplimos la tarea y llegamos al puerto, buscando directamente el antiguo y clásico Hotel Estación. El recorrido es largo y pesado pues muchos trechos de lo que será una doble calzada algún día, están aún sin terminar (o sin empezar…). A la entrada a Buenaventura, pese algún progreso que se evidencia en avenidas cortas, los cordones de miseria y de casas de latón o barracas metidas en los esteros del mar impresionan a quien visita el puerto. Contrastan mucho con las grúas inmensas del puerto y la sensación que producen de desarrollo, comercio, manejo de enormes volúmenes de mercancías….
Si darle tiempo a la siesta, retornamos por la misma ruta a Calima, pasando de largo hasta La Tebaida, Quindío, en donde nos esperaban Carlos Ramírez y su familia en una casa campestre. Nos tenían un espectacular asado acompañado de relajantes vinos. Los planes que teníamos inicialmente variaron un poco con esta invitación, pues la idea original era pasar una segunda noche en Calima. Pero decidimos, no solo aceptar de muy buen agrado la generosa hospitalidad de los Ramírez, sino que lo hicimos para variar la ruta de regreso. En lugar de retornar a Bogotá cruzando la cordillera por La Línea famosa, con el consabido tráfico pesado que caracteriza un final de puente, tomamos la alternativa de hacer caminos de tierra por 160 kms mas!!
El lunes salimos a Calarcá y guiados por Andrés, un amigo local, quien nos acompañó un tramo, mostrándonos rutas veredales para llegar a hasta Salento por trochitas. Desde ahí, como hemos relatado en otras crónicas de este mismo blog, parte una de las carreteras mas bonitas para éste estilo de paseos. Se sube la cordillera por entre fincas de ganado lechero y bosques de palma de cera que siempre me dejan con la boca abierta. Babeando…
Debo confesar que este grupo en general venía a muy buen ritmo, buena velocidad en offroad, un poco rápido para mi gusto. Personalmente me gusta mas observar el entorno y al quedarme atrás venía tragando mucho polvo, mas concentrado en la conducción y el hueco o la piedra que seguía… Por eso decidí en Salento adelantarme un poco, ir a mi ritmo y sin tanta tierra encima disfrutar este paisaje espectacular. Estaba realmente transportado, “embriagado de paisaje” y así seguí sin parar hasta Toche, unos 40 kms mas adelante y el grupo no me alcanzaba. Este caserío consta, literalmente, de dos calles y una carrera… Con una tienda maravillosa en una esquina para la parada de rigor.
La Pony Malta y el Chocoramo nunca faltan en cualquier lugar de nuestra geografía, afortunadamente. Media hora después, sin comunicación con el grupo, decidí continuar adelante solo pues aun quedaban 80 kms, algo mas duros que los 40 iniciales y pensé que con seguridad ahí si me alcanzarían rápidamente. Seguí en mi paseo de “Cusumbo solo”, despacio, constante y pegado a los retrovisores esperando la aparición del grupo. Se pasa por las estribaciones del Volcán Machín y desviándose un poco se puede entrar, caminar un poco y apreciar algunas fumarolas que indican lo activo que se mantiene. No quise hacerlo por temor a crear mayor confusión con los otros. Ya llegando a Ibagué pudimos comunicarnos y me reportaron que habían tenido problemas de llantas pinchadas que los demoraron mucho.
En Toche, por tiempo y cansancio ellos decidieron tomar una salida directa al asfalto que llega a la altura de Cajamarca, sabiendo que teníamos un punto de encuentro en Ibagué. Jorge Uribe, como organizador, quedó preocupado con lo que pudiera pasar a este motero solitario y decidió seguir por la trocha para alcanzarme y apoyarnos mutuamente en cualquier evento, pero finalmente llegamos solos, cada uno por su lado y en distintos horarios, pero una vez re-unificado el grupo, almorzamos juntos con el hambre propia de hacer esta tarea a las 4:00 pm . El retorno a la capital, a esa hora y con el tráfico mencionado, es una desgracia. La fila enorme de carros, bómper contra bómper, por mas de 140 kms (desde Melgar, Tolima) es absurda. Es claro que en moto uno puede avanzar un poco mas que en carro, pero llegamos a casa hacia las 10:00 de la noche. Agotados, pero con la satisfacción de haber completado otro reto mas, de aventura motociclista, por esta hermosa Colombia…
Crédito: Gonzalo Bueno.
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